"Divina encrucijada..."

Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio.
(Antón Chéjov)


La Semana Santa de Murcia fue reconocida recientemente con el oneroso galardón de Internacional, cosa que algunos manifiestan en sus cortejos de forma relativamente liviana. El hecho en sí reporta un estatus respecto al nivel artístico que no debemos pasar por alto pues es el germen de dicha distinción. 

A veces, en aras de querer engrandecer nuestro cortejos debemos recurrir inevitablemente, casi en la mayoría de ocasiones, a escultores contemporáneos que ejecuten obras dignas de adherirse a nuestros consolidados desfiles pasionarios, porque tristemente, es un hecho consumado que no se recurre a las magníficas tallas que, a pesar de ser accesibles, como la excelsa imagen de una Dolorosa de Francisco Salzillo sigue enclavada en la Parroquia de San Lorenzo. 

Descartando por ello las imágenes que se hallan al culto en las iglesias debemos por tanto recurrir a la hornada de escultores capaces de ensalzar, o en su defecto contribuir a ello, nuestros cortejos procesionales. En esto, debemos lamentarnos nuevamente porque para desempeñar esta función se recurre a lo que más a mano tenemos, en favor de un localismo fuertemente enraizado en las más profundas querencias trasnochadas que ciertamente no quedaron atrás con la desaparición de Salzillo.

Volviendo a los localismos, tenemos entre la nueva promoción a estos dos postulantes para entrar a formar parte del cortejo de Martes Santo en la cincuentenaria cofradía de La Salud de Murcia, cuyo titular, un Cristo gótico acompaña al Nazareno de Nicolás Salzillo, la Dolorosa de Francisco Salzillo o el San Juan de Roque López... tallas de una enjundia que se distancian considerablemente de otras cofradías por su alto valor escultórico, por lo que el reto de entrar a formar parte con un nuevo paso con semejantes portentos, eleva muchísimo el listón para fusionar la contemporaneidad que pueda ofrecer un paso ajeno en contraste con el regio desfile. 

Los candidatos al puesto de honor que se están barajando serían los autores de las tallas con las que les ilustro estas líneas, Antonio Jesús Yuste Navarro y Juan José Páez Álvarez. Otras puertas que ni se abren en este caso serían las de Darío Fernández, Romero Zafra, Ruiz Montes, o Navarro Arteaga por nombrar a artistas foráneos que ni siquiera se cuestionan por cuestión de precio o la excesiva calidad de reconocer en artistas forasteros algo que no tenemos actualmente en Murcia. 

En el meollo de la cuestión debemos cerrar el círculo con estos dos artistas tan desiguales, cosa que por todos lados chirría, y con una escasa trayectoria artística que por motivos de espacio no les puedo relatar. De estos  jóvenes escultores les traigo sendas imágenes para que puedan valorar las virtudes y carencias que de sus obras se entresacan. 

Respecto a Yuste Navarro, el Crucificado de la Expiración realizado en 2013 para la Cofradía de San Pedro de su localidad natal, Cieza, podemos decir que ha sido hasta ahora su obra más lograda, con una anatomía portentosa acompañada de una policromía que enfatiza el juego de luces y sombras del modelado. 

En cuanto a Páez, la obra que les traigo es el Cristo de los Remedios para una pedanía al sureste de Jumilla, Las Encebras, y fue realizado en 2011. El modelado blando, sin fuerza expresiva y una policromía plana no logran dotar de la unción necesaria que requiere una imagen de tipo religioso. 

Ambas imágenes son de talla completa y representan a Cristo vivo aún en la cruz. Evidentemente, y aunque las comparaciones son odiosas, es significativamente superior la ejecución del ciezano tanto en la desenvoltura en la talla como en la plasmación de sentimientos, labor tan necesaria como una buena policromía que vehiculice hasta el fiel el mensaje de que se le intenta revestir. 

Otro dato a reseñar es que el calasparreño Páez, aún no ha conseguido hacer un punto de inflexión en su carrera, sino que más bien sigue una línea continua sin augurios de grandilocuencia, ejecutando unas figuras femeninas bastante logradas que bien pueden ocupar los desfiles procesionales de cualquier pedanía de la comarca que disponga de pocos medios y quiera algo decente, pero desmarcándose a todas luces de aquellos lugares importantes o señeros. 

Como acertadamente apuntaba el profesor José Francisco López en alguno de sus artículos, hay escultores que no llegan a esta distinción sino que son más bien, y sin ánimo de menoscabar su labor, meros santeros. La carrera del joven ciezano en cambio, ha dado un giro importante en los últimos años, por lo que parece que puede seguir sorprendiéndonos y continúe alejándose de la etapa primigenia de mediocridad. 

Es por ello que les invito, en especial a las personas afines a este proyecto, tengan a bien meditar la repercusión que pueda tener la inclusión de determinadas piezas escultóricas en un ámbito como el religioso donde, si se respeta la tradición, la elegancia y el decoro se intentará por todos los medios engrandecer el patrimonio de la cofradía en cuestión dejándose aconsejar por expertos en estas lides, y no meros enteradillos que por afinidad con el "artista" pretendan colarnos un gazapo, que insisto, alguno que otro ya hay. 

A todas luces veo necesaria la intervención de ese ente efímero llamado Comisión de Imaginería, aunque para ello tengamos que recurrir a nuestra más intrínseca fe, porque ni se les ve y desde luego, ni se les espera. Ruego encarecidamente, ahora que encima de la mesa sólo hay bocetos, se pueda parar la inminente catástrofe derivada de una mala elección auspiciada por los miembros que estén implicado en ello, y que desconozco. 

Si el casting está cerrado y se debaten ustedes, miembros de La Salud, por alguno de estos dos jóvenes imagineros, háganse un favor y háganlo a todos... formen un comité con expertos en la materia ajenos a intereses en el asunto, y como bien indica el adjetivo, con la sabiduría para discernir calidad de cantidad, porque a igualdad de presupuesto, ¿con cuál se quedarían ustedes? les dejo que reflexionen.

Comentarios

  1. Particularmente pienso que los 2 escultores expuestos para el proyecto se quedan cortos para las magnas imágenes de la Salud(Nicolas Salzillo, Baglieto, sí, Baglieto, Francisco Salzillo y el gótico del Señor de la Salud), en esta cofradía un Darío Fernández iria que ni pintado oigan, además, que echo en falta el nombre de tan gran escultor y mejor persona en la guía de la Semana Santa murciana, según los rumores que circulen sería un ¨misterio¨ de la Magdalena con la Virgen... Lo de recuperar la imagen de la magdalena en la Semana Santa murciana me gusta, pero sola por favor, además, teniendo a la Dolorosa de los Santos Pasos (Nunca me gusto eso de cambiar advocaciones de peso histórico) ¿ENSERIO hace falta otra Virgen en la Hospitalaria Corporación?
    Pasando al tema de los escultores:
    Yuste Navarro: Buenas imagenes cristíferas pero las imágenes marianas de dolorsas veo una influencia gordííííííííííííííííííísima de Zafra.
    Juanjo Paez: Puro estilo levantino, es lo que gusta si, pero lo veo aún ¨corto¨ para la capital, en las imágenes marianas me suele convencer más que con las cristíferas.
    Y añado: Echo muy en falta cierto consenso artístico desde hace tiempo en esta, nuestra, Semana Santa, dejando entrar de todo, tengo envidia de otras poblaciones más reducidas que atesoran grandes obras de Zafra, Miñarro, Duarte, Bernal Redondo, Malo, Aguado y un largo etc de grandes escultores que no son llamados por Murcia porque ¨son de fuera de Murcia y eso de aquí no es¨ ¿Les digo una cosa? Pienso que en pleno s. XXI todos tenemos un cerebro más que grande para abrirnos al interesantísimo y maravilloso campo del neobarroco español, que quizas se impulse desde Sevilla, Córdoba, Madrid... Porque se les da más posibilidades por parte de los gobiernos... Pero eso son otros temas.

    Por cierto Laura, echaba en falta escribir largo y tendido, gracias como siempre por la oportunidad de expresarnos con libertad ;)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario