Decía George Orwell que nada cambiaría mientras el poder siguiera en manos de una minoría privilegiada, que no es otra que nuestra Murcia circular. Alguien preguntaba un día no muy lejano sobre esta acepción... quizás querido mío, hoy entiendas más que nunca a qué me refería entonces.
En la capital tenemos el ejemplo, nada minoritario, de la derecha rancia, aquella que nos desgobierna y nos suprime hasta el derecho más puro e intrínseco del ser humano, la disconformidad y el pataleo. Esta Murcia mía, que tan bonita era hasta que los entendidos empezaron a sobrarle antiguallas y faltarle bares y plazas, ésta que pretende un pueblo servil y sumiso, ha decidido engrosar sus filas radiofónicas con la incorporación de la dulce Encarna Talavera, mujer luchadora, hecha a sí misma (cursimente hablando) excelente comunicadora y presentadora de todos los eventos que se tercien y que ahora disfrutamos en GTM junto a su inseparable camarilla de profesionales. Una cara bonita y desenvuelta que podremos disfrutar en Radio Murcia Cadena Ser para conducir el programa Hora Cofrade a partir del 18 de febrero.
Hechas las presentaciones pertinentes, si hablamos de Cadena Ser, por mucho que le cambiemos la Hora no deja de SER Cofrades, en la voz cazallera y nostálgica de Alberto Castillo, aquel que puso voz a mis últimas cuaresmas, aquel que nos recordaba cada día con su interminable cuenta atrás los días que restaban para nuestra semana grande, la Semana Santa.
Marchas procesionales, recuerdos, anécdotas... todo queda atrás, disuelto en una atmósfera de incienso en la que los trepas florecen cual truco de malos magos. Aquellos días pretenden devolvérnoslos disfrazados de voz melodiosa que cual canto de sirena nos lleven a otro puerto mejor, o eso esperan.
Hemos llegado a un punto, en que disentir es tan sinónimo de inteligencia que algunos se asustan, esos que quieren gente esclava de las ideas ajenas, las de ellos nunca las propias. En Murcia prosperan aquellos que silenciosamente deambulan, sonríen y se dan palmadicas en la espalda mientras te sodomizan suavemente para que calles y otorgues (y tú Alberto no eres de esos).
Nos flagelan el espíritu de modo que llegas a pensar que vales lo que vales nunca por tus méritos (pues son los de ellos), y comienzas a andar en círculos viendo siempre las mismas caras pluriempleadas, que lo mismo echan incienso que de pronto se hacen tertulianos, y en esa órbita cerrada a cal y canto te codearás con aquellos que hablaban de tu ascenso social en los medios por las felaciones a presidentes varios, esos Judas que hoy salen a tu lado en la foto.
Es lamentable ver prescindir y jubilar forzosamente a gente válida con mucho que enseñar y transmitir, gente que mandáis a sus casas porque de cuando en cuando os cantan verdades. Seguro que Encarna tendrá sus oyentes, y espero por el bien de todos y la salud espiritual de otros tantos, pueda rodearse de gente que la adoctrine en la ardua tarea de parecer entendida en arte y tradiciones, que como dicen en mi pueblo "no es moco de pavo". Quizá y solo quizá logre mantenerse el tiempo suficiente en el programa para que nos haga olvidar el listón tan alto que dejan otros cuando se van: Suerte y al toro!
Pero será que los círculos me marean... si no mirad al de Podemos, con un mismo discurso repetitivo hasta la náusea cual roedores en la rueda que si los sacas de su rutina, se pierden y no son nadie. Murcia y sus cuatro gatos (con sus siete vidas correspondientes para llegar a todos los ámbitos)...
En la capital tenemos el ejemplo, nada minoritario, de la derecha rancia, aquella que nos desgobierna y nos suprime hasta el derecho más puro e intrínseco del ser humano, la disconformidad y el pataleo. Esta Murcia mía, que tan bonita era hasta que los entendidos empezaron a sobrarle antiguallas y faltarle bares y plazas, ésta que pretende un pueblo servil y sumiso, ha decidido engrosar sus filas radiofónicas con la incorporación de la dulce Encarna Talavera, mujer luchadora, hecha a sí misma (cursimente hablando) excelente comunicadora y presentadora de todos los eventos que se tercien y que ahora disfrutamos en GTM junto a su inseparable camarilla de profesionales. Una cara bonita y desenvuelta que podremos disfrutar en Radio Murcia Cadena Ser para conducir el programa Hora Cofrade a partir del 18 de febrero.
Hechas las presentaciones pertinentes, si hablamos de Cadena Ser, por mucho que le cambiemos la Hora no deja de SER Cofrades, en la voz cazallera y nostálgica de Alberto Castillo, aquel que puso voz a mis últimas cuaresmas, aquel que nos recordaba cada día con su interminable cuenta atrás los días que restaban para nuestra semana grande, la Semana Santa.
Marchas procesionales, recuerdos, anécdotas... todo queda atrás, disuelto en una atmósfera de incienso en la que los trepas florecen cual truco de malos magos. Aquellos días pretenden devolvérnoslos disfrazados de voz melodiosa que cual canto de sirena nos lleven a otro puerto mejor, o eso esperan.
Hemos llegado a un punto, en que disentir es tan sinónimo de inteligencia que algunos se asustan, esos que quieren gente esclava de las ideas ajenas, las de ellos nunca las propias. En Murcia prosperan aquellos que silenciosamente deambulan, sonríen y se dan palmadicas en la espalda mientras te sodomizan suavemente para que calles y otorgues (y tú Alberto no eres de esos).
Nos flagelan el espíritu de modo que llegas a pensar que vales lo que vales nunca por tus méritos (pues son los de ellos), y comienzas a andar en círculos viendo siempre las mismas caras pluriempleadas, que lo mismo echan incienso que de pronto se hacen tertulianos, y en esa órbita cerrada a cal y canto te codearás con aquellos que hablaban de tu ascenso social en los medios por las felaciones a presidentes varios, esos Judas que hoy salen a tu lado en la foto.
Es lamentable ver prescindir y jubilar forzosamente a gente válida con mucho que enseñar y transmitir, gente que mandáis a sus casas porque de cuando en cuando os cantan verdades. Seguro que Encarna tendrá sus oyentes, y espero por el bien de todos y la salud espiritual de otros tantos, pueda rodearse de gente que la adoctrine en la ardua tarea de parecer entendida en arte y tradiciones, que como dicen en mi pueblo "no es moco de pavo". Quizá y solo quizá logre mantenerse el tiempo suficiente en el programa para que nos haga olvidar el listón tan alto que dejan otros cuando se van: Suerte y al toro!
Pero será que los círculos me marean... si no mirad al de Podemos, con un mismo discurso repetitivo hasta la náusea cual roedores en la rueda que si los sacas de su rutina, se pierden y no son nadie. Murcia y sus cuatro gatos (con sus siete vidas correspondientes para llegar a todos los ámbitos)...
"Agradezco no ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que no son aplastadas por ellas" (Rabindranath Tagore).
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