Una conocida y otra por conocer.

En Murcia con las distinciones siempre hemos tenido un campo abonado de politiqueo, favores y reconocimientos cuestionados y cuestionables.

Cierto es que últimamente la tendencia ha retornado a tiempos pretéritos donde se distinguía a personas de bien.

La Semana Santa se ha profesionalizado de tal modo que quien quiere entrar, medrar y hacerse un nombre sabe qué varas tiene que tocar, lamentablemente no es un fenómeno que se ciña a nuestra región, por lo que ni en eso somos especiales.

Por ello, cuando anoche se pronunció el nombre del Nazareno del Año 2018 esbocé una leve sonrisa: no me sonaba de nada. No sucedió igual con la distinción del Pregonero de la Semana Santa 2018, ya que tengo el gustazo de considerarme su amiga.

Es decir, tenemos dos mujeres, una conocida y otra por conocer. Pero, ¿quién es quién?

A Encarna Talavera, la Pregonera, todos conocen su cara pública: mujer profesional, con una voz que enamora, excelente comunicadora y que a buen seguro sabrá (porque tiene todos los ingredientes) ponerle piel y sentimiento a la apertura de nuestra Semana Santa. Pero, ¿cuántos conocen su emoción  cuando se apagan las cámaras? ¿cuántos de ustedes han tenido el privilegio de oírla con la voz quebrada? ésa también es ella, la que persigue los tronos recorriendo sus calles con sus vaqueros gastados y sin tacones ni maquillaje. 

De María Ignacia Ródenas, la Nazarena, poco puedo decir, quizás por eso me guste tanto.

De esas veces que, quien como yo esté con los pies fuera de este plato, pensará: la mayor distinción a una persona anónima. Pero se lo aclaro.

Una persona anónima en la Semana Santa es aquella que sin hacer ruido, sin buscar protagonismo y con amor y devoción participa todo el año de manera discreta pero abnegada, con la simple convicción de hacer y dar lo que lleva dentro.

Así que Mª Ignacia representa lo que yo admiro, el silencio, la discreción, la madre, la esposa, la que codo con codo o cogidos de la mano, acompañó en su trayectoria al tristemente desaparecido D. Ángel Galiano, presidente de la Cofradía del Amparo. 
Darse a los demás, eso es ser nazareno. Quien se haya fijado en ti tiene, también, mi reconocimiento.

¿Conocen a muchas personas anónimas o nazarenas en nuestra Semana Santa? yo pocas, porque las tapan los que acaparan todos los tronos, todas las varas, todas las fotos.

Por eso a las personas, en todos los ámbitos de la vida, hay que conocerlas y juzgarlas más por sus hechos que por sus palabras.


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